viernes, 15 de febrero de 2008

S/T



Permíteme que te ame
y que deslice mis dedos por tu espalda,
envueltos en el susurro
de mil palabras inconclusas.

Permíteme beberme tus besos
y contar en los surcos de tu mano
los relámpagos del deseo
para quemar muy despacio a la soledad.

Permíteme descansar a tu lado
y cubrir tu desnudez con mi calor
bajo la oscuridad
de una noche de destierro.

Permíteme decirte te quiero...

VII mar. 96.

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